Abrir menú superior
#htmlcaption1 SEA DICAT POSIDONIUM EX GRAECE URBANITAS SED INTEGER CONVALLIS LOREM IN ODIO POSUERE RHONCUS DONEC Stay Connected
miércoles, 29 de octubre de 2014
jueves, 7 de julio de 2005
no image

Diario de a bordo

día 1
... la ingravidez inunda la inmensidad del espacio. El miedo atenaza los sentidos; es el único sentimiento que permanece en mitad de la nada. Ni siquiera hay sonidos; separo los labios y grito con todas mis fuerzas. Me duele el pecho pero no consigo oir nada. Noto el corazón desbocado por la fuerza de sus latidos, pero no me importa. No recuerdo la última vez que sentí algo distinto al miedo. Miro alrededor y todo es vacío. No es negro ni blanco, ni tampoco gris. No es un manto estrellado. Es Nada. No hay luz a mi alrededor, tampoco aire, ni ruido, ni materia, excepto yo, aunque aún no tengo claro si sigo siendo materia. Intento tocarme pero no siento manos, ni pies ni brazos. Puedo percibir las vibraciones del corazón y la sangre que bombea, pero ¿a dónde? No sé si respiro o si tengo los ojos abiertos o si estoy sorda o paralítica. Mis sentidos me abandonan. Tan sólo la persistencia de esta vibración: uno... dos... tres... se para. Uno... dos... tres... y se vuelve a parar unos segundos. ¿Existe aquí el tiempo? Todo parece igual que cuando aparecí en este lugar (¿es el mismo lugar o ha cambiado?). No entiendo qué pasa. Me distraigo contando las pulsaciones. Algo anda mal. La presión no desciende; noto el corazón cada vez más pequeño. Si tuviera venas, si las sintiera, estarían a punto de reventar de la presión acumulada.

día 2
Tengo miedo. Es la primera vez desde que estoy aquí (así) que siento algo: cansancio. Estoy cansada, pero no puedo dormir. No dejo de pensar, pero da igual lo que piense porque no siento nada. Hoy he visto algo, pero no sé qué es. Es un cuerpo amorfo, no sé si con o sin vida, pero se dirige hacia mí. Sí, debe de tener vida porque parece que su contorno ha cambiado. No entiendo qué quiere. No le oigo, no veo qué es, no capto su señal. Sigo sintiendo el corazón oprimido y sigo sin saber si tengo forma. Quizá el corazón esté también suspendido en el vacío como yo, pero no dentro de mí, sino alrededor, y sea eso lo que oigo y siento. No lo sé aún. El ente se ha detenido justo frente a mí, pero sin entender qué quiere. De repente me ha rodeado y he percibido que mi centro de visión se ha zarandeado unos instantes. ¿Era ésa la sensación de movimiento? No lo sé, pero el ente ha detenido su extraña acción y no sé por qué me ha parecido que me miraba... aunque no sé si tiene ojos porque no los detecto, y tampoco sabría decir cómo sé que me ha mirado, pero parecía detenerse en mí unos instantes. Creo que se ha dado cuenta de que no entiendo qué quiere y se ha alejado a una distancia prudencial, la suficiente como para no saber si sigue ahí o se ha marchado. Algo me dice que está vigilándome. No sé por qué ahora el cansancio es mayor. Creo que no quiero saber la razón. Mañana, mejor dicho, cuando recupere la consciencia, seguiré escribiendo estas notas en mi memoria. Tengo la impresión de que aquí no existe ayer, hoy o mañana. Es infinito, el mismo espacio, el mismo tiempo. ¿Entonces por qué sigo contando días, horas y segundos? ¿y metros y centímetros? Estoy demasiado cansada, se me empieza a nublar la razón. ¿Qué es eso que resbala justo delante de mi campo de visión? Intento descubrirlo pero... está todo tan borroso... oscuro y borroso... no sé cómo sé esto... no entiendo nada... ¿qué es eso del fondo?

Continuará
Leer más...